Reducción de daños
La reducción de daños o reducción del daño es una estrategia de intervención en drogodependencias y en otras conductas que conllevan riesgo para la salud (como prostitución, prácticas sexuales de riesgo, etc.) que, entendiendo que existen personas que desarrollan estos comportamientos y que no van a dejar de hacerlo, pretende reducir los riesgos asociados a los mismos, riesgos tales como la transmisión de enfermedades de transmisión sexual o transmisión de enfermedades infecciosas por la vía de consumo de drogas empleada, riesgo de sobredosis, etc.
Un segundo objetivo que se plantea desde esta estrategia es la puesta en contacto del usuario con la red asistencial normalizada, puesto que, por lo general, las personas que acceden a los programas de reducción del daño desarrollan su vida en entornos marginales (sin acceso a los recursos normalizados).
Este tipo de estrategias comenzaron a desarrollarse en el norte de Europa en los años 80 ante el fracaso de los programas libres de drogas y especialmente en relación con el consumo de heroína por vía parenteral.
Intervención en drogodependencias
Momentos en la Intervención
Las diferentes fases de la intervención en drogodependencias pueden constituirse atendiendo a las diferentes estrategias de prevención:
Prevención primaria: La intervención tiene lugar antes de que se produzca ningún consumo siendo su objetivo principal el impedir o retrasar la aparición del mismo.
Idea principal: Eliminación de las causas.
Objetivo: disminuir la incidencia.
Aplicación: en el período prepatogénico (antes del inicio de los estímulos inducidos por los factores etiológicos que provocan la enfermedad).
En epidemiología mediante la investigación etiológica se identifican los determinantes de un proceso, y se concretan las intervenciones para su prevención. Antes de que una intervención se considere eficaz y pueda generalizarse, es necesario realizar estudios en los que se demuestre su eficacia. [2]
En la clínica son el conjunto de actuaciones dirigidas a impedir la aparición o disminuir la probabilidad de padecer una enfermedad determinada.[
Prevención secundaria: Tiene lugar una vez se han producido los primeros contactos con las drogas. Busca impedir la instauración de consumos problemáticos.
Idea principal: diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad.
Objetivo: disminuir la prevalencia de la enfermedad.
Aplicación: en el período preclínico (cuando aún los síntomas y los signos no son aparentes, pero existen en estado embrionario o subclínico).
En epidemiología mediante el cribado problacional se persigue la detección precoz de la enfermedad. E intenta evitar la progresión de la lesión biológica o enfermedad en pacientes que se hallan asintomáticos o manifiestan una morbilidad reducida. Las actividades pueden ser de anticipación diagnóstica o detección precoz de la enfermedad cuando es posible aplicar un tratamiento efectivo; y de posposición cuando se procura retrasar la evolución de la lesión, debido a que en la fase en que se encuentra ya no es posible aplicar medidas curativas.
En la clínica son el conjunto de actuaciones dirigidas a detener la evolución de la enfermedad, detectando precozmente el proceso patológico y poniendo en práctica las medidas necesarias para impedir su progresión.
Prevención terciaria o Reducción del daño: Una vez instaurados los consumos problemáticos lo que pretende es reducir los riesgos asociados a dichos consumos.
Idea principal: reducir el daño mediante el tratamiento y la rehabilitación de una enfermedad establecida.
Objetivo: disminuir la prevalencia de la enfermedad.
Aplicación: en el período clínico (cuando los síntomas y los signos son aparentes).
En epidemiología se interviene mediante ensayos clínicos en los que se documente que una medida es eficaz. Intenta prevenir las discapacidades en los pacientes que presentan una enfermedad en fase sintomática. Incluye medidas para posponer y retrasar la progresión de la enfermedad y evitar las complicaciones, y para la rehabilitación de los pacientes.
En la clínica son el conjunto de actuaciones dirigidas al tratamiento y rehabilitación de una enfermedad ya previamente establecida, enlentenciendo su progresión y con ello la aparición o agravamiento de complicaciones e invalideces, e intentando mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Estrategias de reducción del daño en drogodependencias
En España las estrategias de reducción del daño que se desarrollan en la actualidad en el ámbito de las drogodependencias son fundamentalmente las siguientes:
Programas de intercambio de jeringuillas
Objetivos del programa : El objetivo principal de este tipo de programas es prevenir la infección por el VIH y otras enfermedades de transmisión sanguínea en la población usuaria de drogas inyectadas, evitando el uso compartido de jeringuillas.
Otros objetivos son:
Acceder con el programa al mayor número posible de usuarios de drogas inyectadas que no contactan con otro tipo de programas o servicios de atención a drogodependientes.
Reducir el número de jeringuillas contaminadas por VIH u otros gérmenes
Favorecer la adopción de conductas saludables y la modificación de los comportamientos de riesgo, tanto de inyección de droga como sexuales, entre los UDVP.
Facilitar el acceso de los UDVPs a los servicios socio-sanitarios y a los programas de tratamiento de la drogodependencia existentes.
Disminuir el número de agujas y jeringuillas abandonadas en lugares públicos.
Obtener información de lo que está ocurriendo en los escenarios de drogadicción y sobre las necesidades y demandas de la población UDVP.
Sala de consumo supervisado
Reducir la mortalidad por sobredosis, la morbilidad, accidentalidad y prácticas de riesgo asociadas a tales consumos y los modos de vida relacionados, y la transmisión de enfermedades como el VIH/Sida y las hepatitis virales (tanto entre usuarios/as de drogas como entre población general).[3]
Aumentar las derivaciones de usuarios/as de drogas a centros de servicios sociales, de salud mental y tratamiento de las drogodependencias, y de la red sanitaria, tanto de asistencia general como especializada.
Mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los colectivos de usuarios/as de drogas, como la salud pública de la población general.
Reducir la conflictividad y delincuencia en su entorno, y también el espectro de oportunidades comerciales para quienes trafican con drogas ilegales.
Brindar asistencia al consumidor para encontrar tareas que le permitan interesarse en otros hábitos y permitan su alejamiento progresivo o controlado de la substancia que causa su adicción